Sigue una reseña de la Revue encyclopédique (1828) sobre el libro de Bébian, entonces recién publicado, Nouvelle méthode pour apprendre à lire sans épeler. La traducción es mía. Agradezco a Olivier Héral por haberme hecho llegar este texto.
Nuevo método para enseñar a leer sin deletrear, por A. Bébian, instructor de sordomudos, autor del Manual de enseñanza práctica, París, 1828; el autor, calle de las Bellas Artes, N° 15 y Sautelet. En 4° con planchas litografiadas; precio, 12 francos.
La atención del público ilustrado está, sin ninguna duda, atraída por diversos intentos que han sido hechos con el objetivo de perfeccionar, es decir, de hacer menos penoso y más rápido el primero de todos los aprendizajes: la lectura. Los Señores Jacotot, Mialle y Laffore han, cada uno, inventado métodos que aplican, por lo que parece, con éxito. El Señor Bébian, cuyo nombre es honorablemente conocido por sus trabajos sobre la instrucción de los sordomudos, ha querido ofrecer asimismo su tributo a la infancia.
No conozco los procedimientos empleados por sus predecesores en la misma carrera, y no puedo, por ello, compararlos con los métodos del Sr. Bébian; pero después de un análisis detallado, creo tener fundamentos para declarar que este método ofrece grandes ventajas. Resulta particularmente ingenioso enseñar al niño, simultánemente, los elementos de dos habilidades que suelen ser sucesivas para él: la lectura y la escritura.
He aquí en qué consiste este método: en una serie de tablas son presentadas sucesivamente las diferentes letras, simples o dobles, que conforman los sonidos o las sílabas. Cada letra es, por así decirlo, incorporada a la figura de un objeto escogido de tal manera que casi reproduzca su forma. Así, por ejemplo, el águila es escogida para la A, la serpiente para la S. El autor hace dibujar cualquiera de estas figuras al alumno, y este, al aprender el nombre, que está representado en la letra inicial (como estos que se acaban de citar), aprende también la letra.
Está claro que al dibujar la figura el alumno se ejercita en reconocer la forma de la letra, mientras el maestro, al hacerle pronunciar el nombre con el que va relacionada, le hace apartar, poco a poco, la inicial del resto de la palabra: A...GUILA, S....ERPIENTE, de manera que el alumno termina escuchando solamente el sonido de la vocal o el silbido de la consonante , y el resto de la palabra se reduce a ser un elemento de apoyo.
Después de haber hecho numerosas veces el mismo ejercicio, le señalamos –dice el mismo Bébian (pág. 13) – con una varita la letra A; él la pronuncia. Le enseñamos aprolongar el sonido hasta que la varita, al apartarse de esta letra, se coloca sobre una de las consonantes que él ha estudiado y que el pronuncia de seguido: A...S. Al pasar numerosas veces la varita de una letra a otra, y hacerlo cada vez más rápidamente, terminamos por lograr que el alumno pronuncie A.S. es una única emisión de voz. Entonces pasamos a diferentes combinaciones: es, as, era, etc. que no presentan ninguna nueva dificultad.
Esto puede dar una idea de los principios sobre los cuales se basa el método del Sr. Bébian. Entre otras aplicaciones que ha realizado , él cita (pág. 19, nota 2) un niño de cinco años que, después de quince lecciones, ha llegado a escribir todas las palabras que le fueron dictadas, y de resolver numerosas dificultades de lectura que le fueron propuestas en presencia de los Señores LAROMIGUIÈRE, JULLIEN, BALLY. Un tal resultado es sin duda algo que debe destacarse y que es apropiado para referir este método como un nuevo título adquirido por el Sr. Bébian para la estima y el reconocimiento públicos. P.A.D. 1828
Nuevo método para enseñar a leer sin deletrear, por A. Bébian, instructor de sordomudos, autor del Manual de enseñanza práctica, París, 1828; el autor, calle de las Bellas Artes, N° 15 y Sautelet. En 4° con planchas litografiadas; precio, 12 francos.
La atención del público ilustrado está, sin ninguna duda, atraída por diversos intentos que han sido hechos con el objetivo de perfeccionar, es decir, de hacer menos penoso y más rápido el primero de todos los aprendizajes: la lectura. Los Señores Jacotot, Mialle y Laffore han, cada uno, inventado métodos que aplican, por lo que parece, con éxito. El Señor Bébian, cuyo nombre es honorablemente conocido por sus trabajos sobre la instrucción de los sordomudos, ha querido ofrecer asimismo su tributo a la infancia.
No conozco los procedimientos empleados por sus predecesores en la misma carrera, y no puedo, por ello, compararlos con los métodos del Sr. Bébian; pero después de un análisis detallado, creo tener fundamentos para declarar que este método ofrece grandes ventajas. Resulta particularmente ingenioso enseñar al niño, simultánemente, los elementos de dos habilidades que suelen ser sucesivas para él: la lectura y la escritura.
He aquí en qué consiste este método: en una serie de tablas son presentadas sucesivamente las diferentes letras, simples o dobles, que conforman los sonidos o las sílabas. Cada letra es, por así decirlo, incorporada a la figura de un objeto escogido de tal manera que casi reproduzca su forma. Así, por ejemplo, el águila es escogida para la A, la serpiente para la S. El autor hace dibujar cualquiera de estas figuras al alumno, y este, al aprender el nombre, que está representado en la letra inicial (como estos que se acaban de citar), aprende también la letra.
Está claro que al dibujar la figura el alumno se ejercita en reconocer la forma de la letra, mientras el maestro, al hacerle pronunciar el nombre con el que va relacionada, le hace apartar, poco a poco, la inicial del resto de la palabra: A...GUILA, S....ERPIENTE, de manera que el alumno termina escuchando solamente el sonido de la vocal o el silbido de la consonante , y el resto de la palabra se reduce a ser un elemento de apoyo.
Después de haber hecho numerosas veces el mismo ejercicio, le señalamos –dice el mismo Bébian (pág. 13) – con una varita la letra A; él la pronuncia. Le enseñamos aprolongar el sonido hasta que la varita, al apartarse de esta letra, se coloca sobre una de las consonantes que él ha estudiado y que el pronuncia de seguido: A...S. Al pasar numerosas veces la varita de una letra a otra, y hacerlo cada vez más rápidamente, terminamos por lograr que el alumno pronuncie A.S. es una única emisión de voz. Entonces pasamos a diferentes combinaciones: es, as, era, etc. que no presentan ninguna nueva dificultad.
Esto puede dar una idea de los principios sobre los cuales se basa el método del Sr. Bébian. Entre otras aplicaciones que ha realizado , él cita (pág. 19, nota 2) un niño de cinco años que, después de quince lecciones, ha llegado a escribir todas las palabras que le fueron dictadas, y de resolver numerosas dificultades de lectura que le fueron propuestas en presencia de los Señores LAROMIGUIÈRE, JULLIEN, BALLY. Un tal resultado es sin duda algo que debe destacarse y que es apropiado para referir este método como un nuevo título adquirido por el Sr. Bébian para la estima y el reconocimiento públicos. P.A.D. 1828
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